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Entrevista Medcenter con Diego Bernardini acerca de políticas de salud y envejecimiento

Entrevista realizada en Buenos Aires el 7 de Enero de 2015.

1. Medcenter (MD): ¿Existen diferencias en cuanto a la expectativa de vida tomando en cuenta a  los países desarrollados, por un lado y a los países en desarrollo, por otro? ¿Esto se refleja en la calidad de vida  en los últimos años?

Diego Bernardini (DB): Sí, claramente se ha evidenciado un aumento en la expectativa de vida, fundamentalmente en los últimos 50 años. La punta de esa expectativa de vida son los países desarrollados. Hoy la mayor expectativa de vida está en países como Japón y España. Pero se debe considerar que la gran ganancia, y muy  significativa porque fue muy rápida, se dio en los países en desarrollo como los de nuestra región. Por ejemplo en América Latina se calcula que en los últimos 50 años se ganó cerca de 30 años. Se estima, aproximadamente, 4 años por cada década. Este aspecto cuantitativo ya resulta un punto interesante. Lo que aun resulta más interesante es el aspecto cualitativo, es eso de agregar vida a los años. Hoy lo que se está buscando es la rectangularización de la curva de supervivencia, una noción publicada por Lynda Fried hace muchos años, lo cual significa que la persona sea autónoma hasta el último momento de la vida. Por ejemplo, hoy se sabe que una persona que llega a los 60 años tiene, aproximadamente, en nuestros países entre 23 y 25 años más de sobrevida. Sabemos también que de esos 23-25 años,  aproximadamente 20 años van a ser vida autónoma. Esa persona se va a poder bañar, manejar el dinero, preparar la comida y hacer una vida de manera independiente.

El gran desafío es pensar qué hacemos con esos 3 o 4 años en los que la persona entra en una situación de dependencia.  Por algunos motivos importantes: porque desde el aspecto personal  los individuos identifican que su vida dejó de ser lo que era o incluso peor, se consideran viejos porque no pueden valerse de alguna manera. Otro punto, tiene que ver con la protección social. Esos últimos 3 años de dependencia es cuando el Estado suele gastar más dinero, especialmente en un sistema de salud basado en atención hospitalaria. Por lo tanto, se ha ganado en aspectos cuantitativos, ahora hay que ganar en aspectos cualitativos. Un punto que es muy interesante tiene que ver con la discusión que muchos autores y medios de comunicación ponen en escena sobre la edad hasta que puede llegar a vivir el hombre. Se habla de los 120 hasta 150 años. Se ha aumentado en expectativa de vida fundamentalmente por determinadas cuestiones, de las cuales pocas tienen que ver con medicina, como por ejemplo agua y saneamiento, y algunas significativas de la medicina como los antibióticos y técnicas de diagnóstico precoz. Pero ya hay experiencias en las que se muestra que los cambios sociales han acortado la expectativa de vida. Y eso se puede ver en Rusia, donde al fracturarse el bloque de la Unión Soviética, la expectativa de vida disminuyó porque el sistema comunista garantizaba necesidades básicas. Al caer ese sistema, aumentaron las desigualdades sociales y se observó una disminución sustancial en la expectativa de vida de varios de sus países.

Más cercanamente, uno de los interrogantes de la región es México, ya que se encuentra primero en el ranking de obesidad infantil. Se supone que esa gente joven que hoy es obesa, el día de mañana va a consumir más medicamentos y probablemente se enferme y muera antes. Nunca antes en la historia de ese país se vio una cohorte de población con tanta carga de morbilidad. Entonces, no es que la gente va a vivir más debido a que avanzan los años y avanza el desarrollo. Esta afirmación tan escuchada creo que se debe tomar con cautela,  porque hoy la realidad es que nos estamos muriendo y enfermando por cuestiones vinculadas a los estilos de vida. Y si hay algo que no acompañó a esos intentos de modificar estilos de vida es el sistema de atención médica. Hoy sigue siendo el sistema basado en Hospital, los médicos no se forman para atender el cuidado crónico y de larga duracion,  tener contacto y escuchar  al paciente, no saben cómo negociar con el paciente, cómo comunicarse ni tampoco cómo compartir una decisión.

2. MD: Mencionaste el tema de los desafíos. En este sentido, ¿cuáles son los principales desafíos en materia de políticas públicas en el área de salud,  tanto a nivel global como regional?

DB: El desafío, hoy, es disminuir la brecha de desigualdad que es creciente. Esta última, conduce a una situación de inequidad en la que las personas no tienen acceso a determinadas cuestiones. En ese sentido, a nivel global la gran estrategia es lograr cobertura universal, es decir, dar cierto grado de cobertura, facilitar el acceso a servicios básicos de salud para las personas y que ello no signifique una erogación económica que sume en la pobreza a esa familia. El tema es que eso implica, fundamentalmente, un esfuerzo y un mecanismo desde el Estado, que es la única estructura que hoy lo puede hacer. Frente a eso,  la desigualdad en América Latina continúa en aumento, por lo tanto, ahí se encuentra el desafío. Y esto conlleva una política de Estado. La cobertura universal es el mecanismo de hoy. La experiencia y evidencia muestra que países  que se han esforzado, financiado y regulado estos sistemas de atención, como los países nórdicos, han tenido muy buenos resultados. En nuestra región, Brasil cuenta con el Sistema Único de Salud, y en otros países como Argentina existe el Plan Nacer, que sería un equivalente al  “Progresa” o antes llamado “Oportunidades” en México, o bien, el “Bolsa de Familia” en Brasil. Estos ejemplos constituyen  esfuerzos que, de alguna manera, buscan ayudar a estas cuestiones de cobertura.  Y ahí está el tema: la cobertura universal desde el punto de vista operacional, es decir, mecanismos que instrumentalizan políticas públicas. Esto se debe apoyar en un marco teórico de comprensión de aquellos que tienen toma de decisiones a nivel de gobierno central. Esto es entender que la salud es desarrollo. Hoy un país desarrollado tiene habitantes o una población saludable. Pero al mismo tiempo una población saludable va a hacer que un país se desarrolle.

3. MD: Este crecimiento del segmento de adultos mayores, ¿implica retos dentro de esta política pública? ¿Cuáles serían esos retos?

DB: Hay dos cuestiones que definen muy bien esto que vos estas preguntando.  Una de ellas es que una persona que hoy se jubila a los 60-65 años y le quedan 20-25 años y quizás hasta 30 años de supervivencia, no está preparada para saber qué hacer con ese tiempo que es casi un tercio de la vida. Las sociedades no saben qué hacer con los ancianos y aun menos los gobiernos. La otra es que todo esto, también se genera a partir de una visión de compartimentos estancos: 30 años de crecimiento, desarrollo y educación; otros 30 años de producción laboral y otros 30 de no hacer nada. Y la realidad es que no tiene que ser visto como tres columnas estancas, tiene que ser percibido como que hoy una persona trabaja pero también debe tener tiempo para el libre albedrío y después cambiar de trabajo y quizás ese trabajo le implica reciclarse profesionalmente y ello conlleva a un nuevo periodo de formación profesional o personal. Por lo tanto, debe verse todo el curso de vida de esa persona como algo no compartimentado.

En vista a los desafíos, es que hoy se está evidenciando que cuando a una persona la desconectas del medio laboral (y ya se está comprobando que en las mujeres es más marcado) se acelera el deterioro cognitivo. Entonces ocurrirá que el Estado, otorgue una pensión al momento del retiro. Y a partir de ahí comenzarán a manifestarse trastornos cognitivos según la evidencia de hoy.  De esta manera al Estado se le presentará una doble carga económica: la pensión y la atención a la dependencia. No es poco.  Por tanto, el desafío está en pensar cómo se hace para mantener a esa gente conectada a la sociedad, cómo se hace para aprovechar a esa gente, porque además, son personas que tienen un compromiso social fuerte, particularmente estas nuevas cohortes de mayores. Son los que vivieron la píldora anticonceptiva, los cambios sociales, no van a ser adultos mayores “tranquilos”. Ellos no tienen la obligación de ir a votar y son los primeros que están a las 8 de la mañana esperando a que la urna abra. Por ejemplo, se empezó a evaluar la tesis que establece que las sociedades con mayor cantidad de personas mayores suelen ser más conservadoras a la hora de elegir gobierno. Quedó comprobado con el referéndum de Escocia e Inglaterra. Cuando segmentaron los votos, en mayores de 60 años, 8 de cada 10 votaron por seguir unidos al Reino Unido.

El problema que hoy estamos viendo es que las sociedades y las políticas no evolucionan a la velocidad que evolucionaron otros aspectos. Por ejemplo en Argentina el tema de la pensión no contributiva, fue una medida muy interesante. Esta pensión no contributiva destinada a los adultos mayores los alejó de la línea de pobreza. Si uno ve las cifras regionales y el promedio de pobreza a nivel general de la población, las correspondientes a los adultos mayores  en Argentina, están por debajo del promedio general, no suelen ser pobres. En otros países es totalmente opuesto como el caso de América Central o inclusive México. Al mismo tiempo, en un país como Argentina con tanta incertidumbre, el adulto mayor se constituyó de alguna manera en la entrada regular económica de la familia. Entonces el tema de los adultos mayores como una fuerza productiva, como un recurso social es muy interesante y no puede ser menoscabado.

4. MD: Sin duda que el rol del Estado es muy importante en pensar las políticas y ponerlas en juego pero ¿cómo debería ser la interacción con los sectores privados?

DB: Hay varias cuestiones, la primera es que estamos viviendo la era del trabajo intersectorial, eso es claro. Hoy todo mecanismo que tenga la virtud de incluir la sociedad civil al gobierno y al sector privado es un “win-win” para todo el mundo. Respecto del sector privado, hay dos vertientes interesantes. Una de ellas es el tema médico y la otra es el sector privado en términos generales. Los que hoy tienen 40-50 años que están usando jeans, zapatillas deportivas, teléfonos inteligentes, van a seguir utilizándolos. De alguna manera ese sector privado va a tener que adaptarse. Deberán hacer interfaces más grandes o zapatillas con velcro para su ajuste o con menos refuerzo para que sean más suaves al contacto del pie. Van a tener que adaptarse porque de alguna manera los mayores son consumidores. Consumirán más o menos en función del recurso económico pero pensemos que es un grupo de consumidores que va en aumento. Por otro lado, el tema se convierte en una cuestión onerosa, porque nuestro sistema de salud,  está orientado a la cuestión del cuidado agudo y no a la prevención. La semana pasada hubo un caso muy interesante en Holanda. Ya el año pasado se había implementado un sistema basado en la atención de larga estancia y cuidados crónicos, donde se habla de la responsabilidad del paciente y, por extensión, de la familia. La semana pasada después de un año, el gobierno de Holanda aprobó así, la nueva Ley de Cuidados de Larga Estancia, luego de visitar los geriátricos y evaluar a los pacientes, de manera de enviar al domicilio a aquellos con recursos. En caso de algún anciano con menos posibilidades, entre los que tienen familia, los envían a su domicilio o a un lugar de media estancia. Es decir, comenzaron a enviarlos a sus casas porque, de alguna manera, se consumía mucho recurso y el sistema es insostenible. El punto es ver cómo desde la prevención y promoción de la salud se apunta a que esa persona se mantenga autónoma. Luego hay otras cuestiones que son más delicadas que van a tener que regularse, como por ejemplo el tema de la muerte digna. ¿Para qué voy a someter a una persona de una determinada cantidad de años a intubación, a medidas terapéuticas complejas e invasivas, que en muchos casos consumen recursos injustificadamente?  En algún momento todos vamos a morir. Una vez en España cuando trabajaba como médico de familia, fuimos convocados a un domicilio con la ambulancia del centro de atención primaria, la paciente era una señora de 94 años. Se encontraba descompensada cardíacamente, pero porque estaba muriendo. Cuando me llama el médico coordinador me dice: “Te mandé el helicóptero” a lo que respondí que no era necesario explicando la situación que estábamos viendo. Yo acababa de llegar y la señora se encontraba en un estado sumamente crítico, al punto de realizarle la compresión y sentir cómo las costillas se le iban quebrando.

5. MD: ¿Cuál es la actitud del resto de la población hacia los adultos mayores? ¿Hay algún cambio en la percepción cultural tradicional hacia la vejez o todavía persiste esa imagen negativa hacia este sector de la población?  

DB: Si hay algo que tiene el adulto mayor, a la vista de la sociedad, es que está estereotipado. Todos sabemos que el estereotipo es una conducta en base a actitudes que generalmente son falsas. Por ejemplo, los viejos son improductivos o están todos enfermos, cuestiones que son falsas.  Yo creo que lo bueno que tiene la actitud, es que a través de una intervención vos la podes modificar. Nosotros realizamos en Salamanca un estudio de medición de actitudes con un cuestionario. Se lo pasamos a los estudiantes del último año de siete carreras: Medicina, Psicología, Trabajo Social, Enfermería, Fisioterapia, Nutrición y Odontología. Los que tenían actitudes más negativas, eran los médicos y las enfermeras. Y los que mejor predispuestos estaban eran los psicólogos y los trabajadores sociales. Entonces, la realidad es que lo que no se conoce, no se entiende ni se busca. La idea es desmitificar y llevar conocimiento, dar luz a un tema como es el de los adultos mayores. El punto es cómo lo haces. Hoy si hay un valor que a nivel social se tiene que estimular y se tiene que favorecer es la solidaridad, la cual significa solidaridad del que tiene con el que no tiene, pero también implica del joven hacia el adulto mayor.

La segunda etapa de ese estudio fue a nuestros alumnos de medicina, en la primer clase le pasamos ese cuestionario y después lo volvimos a medir al finalizar y todos mejoraron las actitudes. Porque fueron a lugares de trabajos prácticos, estuvieron cerca de adultos mayores, observaron qué necesidades tenían. De hecho, en Salamanca donde lo hicimos, hemos tenido 4 estudiantes nuestros que eligieron Geriatría como especialización. Evidentemente hubo algo bueno ahí. Es cuestión de intervenir.

 6. MD: Justamente, enfocándonos en los médicos, ¿cuál es su actitud de los médicos hacia este sector de la población?

DB: La actitud de los médicos no es buena, básicamente porque todo esto nace de la educación. Cuando se miden motivos y motivaciones por los que los estudiantes de medicina eligieron dicha carrera, es por vocación. Cuando se evalúan los rankings de elección de residencias para especialización, eligen cirugía torácica, oftalmología, cardiología, porque son las que más dinero y prestigio te dan.  Entonces, se debe pensar: algo pasó en la facultad que los “deformó”. Esta es una autocrítica que hay que hacer. En lo personal, me interesa mucho saber y entender no solo qué tipo de médico y profesionales de la salud necesitamos, sino también qué tipo de médico, enfermera, fisioterapeuta o trabajador social estamos formando. Las facultades algo de responsabilidad tienen.  Hoy en día la Geriatría, o el trabajo con personas mayores no es glamoroso. La ventaja es que aquellos que elijan esa especialidad van a tener trabajo asegurado. No me preocupa tanto la geriatría como tal, ya que tiene un lugar muy específico de trabajo que es el Hospital. El camino a seguir es que todo egresado  de una carrera vinculada a la salud, sepa que el anciano requiere de otras capacidades, otras habilidades, otros tiempos.  A eso debemos apuntar.

 7. MD: ¿Qué correlación hay entre el nivel socio-económico de la persona mayor y su calidad y esperanza de vida?

DB: Éste es un punto importante, porque el nivel socio-económico condiciona el curso de vida, que es el trayecto en la vida que todos recorremos. Esto implica tu exposición como persona a riesgos, ventajas, desventajas y oportunidades. El nivel socio-económico en general, está condicionado por el nivel de educación. Luego las sociedades brindarán mayor posibilidad de lo que se llama la movilidad social. Los abuelos inmigrantes venían a nuestro país  y esta sociedad permitió una movilidad social, como mi padre, por ejemplo, que empezó como vendedor en una empresa y terminó como gerente. Esto ya no existe o existe menos. Ese nivel socioeconómico que está condicionado por la educación te permite un mejor o peor trabajo que, a su vez, se va a vincular con el ingreso salarial. Hoy lo que se ve es que todo esto encaja perfectamente en los quintilos que muestran a los grupos según la estratificación socioeconómica tienen que ver con la expectativa de vida entre otros indicadores. Y también se relaciona con las zonas donde se ubican en el entramado urbano y el acceso. Por eso muchas veces se dice que más que elegir a tus padres, tenés que elegir el código postal donde vas a nacer, porque eso te va a condicionar el resto de tu vida.

Una de las creencias es que la salud se distribuye de forma homogénea en los países o en las ciudades. Y la realidad concreta marca que siempre es heterogénea, ya sea entre países o dentro de los mismos: el gradiente de salud, y esto pasa en todas las ciudades, como en Londres, Washington, Buenos Aires, es variable. Por ejemplo, en Argentina, Buenos Aires  los niveles de salud son mejores en el norte que en el sur, y así van decayendo. En Washington, que son cuatro cuadrantes, si vos trazas una diagonal entre el sudeste y el noroeste pasa exactamente lo mismo.

Hay otro trabajo muy interesante que se realizó en actores ganadores de Oscar, y se comprobó que éstos viven más que los actores que no ganan Oscar. Entonces, el gradiente existe por raza, por nivel de educación, por múltiples variables.

 8. MD: En este sentido, ¿el Estado debería contemplar estrategias específicas para la sub-población de adultos mayores más vulnerables?

DB: El Estado es responsable de garantizar derechos, entre ellos el derecho a la salud. Lo que sucede con los pueblos originarios, con poblaciones rurales, o poblaciones de adultos mayores marca  la presencia o no del Estado como una estructura de garantía. En este caso, en Argentina, se pueden hacer dos lecturas. En el caso de los adultos mayores, el Estado está presente ya que se implementó una pensión no contributiva que funciona muy bien. Y eso hay que reconocerlo. En el caso de los pueblos originarios, como lo que pasó hace días, evidentemente no está presente. Porque lo que faltó fue presencia del Estado, esta situación se mantiene desde la época de la colonia1. Un punto importante es la función del médico para con estas poblaciones de los pueblos originarios, quienes quedan últimos en la línea de atención médica. Y esto pasa, no solo por la ausencia del Estado como estructura de garantía, sino también, por la formación misma del médico, que atiende primero a los “blanquitos”, discriminando al chamán. Hay un estudio que se publicó en los Archivos de Argentinos de Pediatría, realizado el Ministerio de Salud, donde se muestra que entre el 27% y el 45% de la población del Chaco no tiene acceso a un sistema de salud, no tiene cobertura. El estudio demuestra que en chicos de hasta 6 años  tienen anemia por encima de un 35%. Y la anemia en un chico es una cuestión nutricional hasta que se demuestre lo contrario. En la década del 90’ se sabía que había dengue de tres serotipos en la región norte de nuestro país. Se sabía que en Bolivia había presencia de un serotipo y había otros dos sereotipos distintos al primero entre Paraguay y Brasil. Y fue lo que ocurrió  2 años después, en el 2009 con la epidemia en Argentina. Hay cuestiones donde se está haciendo agua peligrosamente, porque es tiempo que después va a costar el triple recuperarlo.

— 1. Bernardini se refiere a la muerte de varios niños  de la comunidad Quom, en Chaco a principios de de este año, como consecuencia de la tuberculosis y desnutrición que padecía.

 9. MD: Sobre todo en determinadas regiones como comentabas vos líneas arriba…

DB: Claro, en toda la zona del norte es histórico. Y no se trata de que falte dinero, sino cuál es el uso que se le da al mismo, quien lo gestiona, su transparencia y qué mecanismos de rendición de cuentas hay

10. MD: ¿Qué impacto trae aparejado la creciente movilidad poblacional derivada de la globalización en la diseminación de las epidemias?

DB: Las migraciones constituyen una de las cinco grandes tendencias que se están dando en los cambios globales. Es decir, que la migración de las personas, la libre circulación es una realidad y no hay forma de evitarlo porque también forma parte del derecho de poder movilizarse libremente por los territorios. Este punto que mencionas está vinculado, claramente, con el tema de la epidemia de ébola ahora. Esta enfermedad se conoce hace más de 20 años. ¿Por qué ahora se le dio tanta importancia?  Mi respuesta es porque por primera vez se tuvo conciencia de que el ébola podía salir de África y extenderse. Entonces, a partir de ahí, se comenzaron a tomar otras cuestiones en consideración. Por ejemplo, con dos antecedentes importantes. El primero con un marco jurídico que es el reglamento internacional sanitario de la OMS que expresa determinadas cuestiones como por ejemplo que no tiene sentido suspender los vuelos, que fue lo que primero paso acá en Argentina con el virus H1N1. En este caso, quedó  demostrado que el reglamento internacional sirve para algo y mostró también, que una cuestión sanitaria pasa a ser una situación vinculada al desarrollo. Por ejemplo en relación con el virus H1N1 México tuvo que paralizar la capital durante una semana prácticamente y eso en temas económicos implica muchísimo dinero, porque además, después tuvo una repercusión respecto del aspecto turístico. Y a su vez influyó en cuestiones de diplomacia internacional. Argentina haciendo caso omiso al reglamento internacional suspendió los vuelos. Hay una cuestión de sentido común que debería haber llevado  a preguntarse –a quienes tomaron esa decisión- ¿qué hacemos con el turista mexicano o argentino que está acá o allá? A las 48 hs. estaban volviendo por Lima, por Miami, Dallas. La migración es un derecho, hoy como está planteada no se puede negar. Estando en España pude observar que mucha gente pensaba que los africanos entraban por los barcos. Y no es así, ya que está demostrado que la mayor migración ingresa por aeropuertos. Antes de venir, tuve una reunión donde conocí una psicóloga colombiana que está trabajando en Georgetown en el equipo de salud mental. Los estadounidenses  tienen un gran problema con los niños que están cruzando la frontera con México porque, en primer lugar, las familias los mandan solos. Ella me contaba del caso de una mujer boliviana que por ser de esa nacionalidad tenía otra red, entonces la mujer viajaba con un pasaporte falso. Entró a EEUU con un supuesto marido que no lo era, de nacionalidad guatemalteca. Ingresó con sus dos niños que supuestamente eran sus hijos pero la realidad es que no lo eran. Uno era mexicano y el otro hondureño. Esta psicóloga me contaba que una vez que el chico pisa el suelo de Estados Unidos, las mismas autoridades buscan contactar a algún familiar, y adonde la encuentran lo mandan.  Muchos de estos chicos de 9 o 10 años de edad que han cruzado diversos países y kilómetros solos, hoy están en Washington viviendo con sus familias. Los miembros del cuerpo de salud mental, están comenzando a estudiar un poco esta temática. La psicóloga me decía que al ser la única que habla español, por ser colombiana, son entrevistas de 3 a 4 horas, en las cuales se escuchan diversos relatos que “nuestras cabezas no están preparadas para escuchar”.

11. MD: Estuviste trabajando en un libro cuyo objetivo fue recopilar testimonios de personas mayores de 70 años que relataran su experiencia de vida, visiones y perspectivas en esta etapa de la vida. ¿Cuál es el balance de todo el proyecto?

DB: El libro es muy interesante. Empezó como un proyecto personal y lo sigue siendo porque no quería ningún condicionamiento. Así como hay personas a las que yo elegí, hay personas que me fueron sugeridas y la idea siempre fue hablar libremente. Por esto que te decía de la estereotipia, la realidad es que este grupo de personas que hoy tienen de 70 u 80 años hacia arriba nacieron en un mundo que hoy ya no existe. Uno no sabe qué es lo que va a pasar dentro de 30 o 40 años. Pero al día de hoy, ese grupo de gente es la que ha visto más cambios a nivel de la humanidad como nunca antes en la historia. Por otro lado es gente que por primera vez, muchos de ellos están conviviendo con tres generaciones de su familia. Esto tampoco existía antes. Y están llegando, en muchos casos, con buenos estándares de salud. La idea es escuchar cómo se veían esas vidas en lo que es la etapa más avanzada del curso de vida. Todavía no está definido el título del libro pero a mí me gustaría que el concepto “de vuelta” esté presente. Porque es gente que ya las vivió todas, es gente que está de vuelta, pero en el buen sentido, que ha sido referente para la sociedad, para la familia, gente con la cual, de alguna manera, no tiene esa cuota de pasión o de emoción que tenemos los más jóvenes. Están en una etapa de balance. Es gente que tiene más presente la muerte, el legado, personas que ya han formado y han visto crecer a su familia. Después hay otras cuestiones que no se abordan o no se piensan, como que tengan miedos o determinadas preocupaciones o que tengan sexo. Por ejemplo, a una mujer de 80 y pico de años le pregunté cómo es el sexo a su edad. A lo que me respondió: “igual que antes pero con menos frecuencia”. Es gente que no tiene problema en hablarte de estas cuestiones porque están más allá de eso. Lo bueno fue buscar distintos perfiles. En este momento llevo 50 encuentros de muy distintos perfiles.

El libro creo va a ser muy bueno, no va a ser técnico. Está realizado por un médico académico en clave de divulgación popular, no pretendo que lo lea gente que hoy está entre los 20 o 30 años porque es poco lo que se piensa a esa edad sobre una etapa tan avanzada de la vida. Pero es muy interesante para personas que están en los 40 cuando uno ya empieza a plantearse algunas cuestiones o a vivirlas por cercanía de la familia y empieza a preguntarse ¿qué hice en mi vida?, o ¿qué quiero para mi futuro? A medida que se iban repitiendo los encuentros hubo preguntas que  he ido agregando a medida que iba realizando las entrevista, tales como: “¿Le hicieron alguna vez este tipo de preguntas?” A lo que contestaban que no. Y continuaba preguntando qué le sugería esto. Alguien dijo “Tengo que empezar a escribir mis memorias”. Otro me dijo “Es la primera vez que me han tratado de viejo”.  Una persona me dijo: “Quien mejor te muestra el envejecimiento es tu pareja, porque decís ¿qué hago con este viejo?”. Al mismo tiempo, en su interior la gente se sigue sintiendo joven. Pero cuando se miran al espejo ven lo contrario. En síntesis, es un libro que va a movilizar al lector así como siento que muchas de las personas que lo conforman se han sentido movilizadas.

Mi idea también es armar un pequeño tráiler del proyecto, un corto de 5 o 6 minutos que aporte imagen. Es un libro que resultará esclarecedor porque dará una visión de vidas. Me gustó que haya una alta proporción de personas públicas porque uno tiene la imagen de la persona en ese determinado ámbito y que esa misma persona te hable de otros aspectos que tienen que ver con su vida resulta muy interesante. También debo decir que hubo personas que no quisieron hablar de este tema, porque hay que reconocer que no es fácil hablar de esto.  Hubo casos en lo que me dijeron que les resultaba interesante pero sabían que se iba a conversar sobre cuestiones íntimas  y que después cuando las tuvieran que leer no se iban a sentir cómodos. Hay distintas respuestas. Yo creo que a envejecer se aprende.  Y la realidad es que se envejece como se vivió.

Publicado originalmente en Medcenter, la comunidad medica independiente – www.medcenter.com – Medcenter Expert ViewPoint

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