La salud de Buenos Aires
Si hay un rasgo que caracteriza a América Latina es la desigualdad. Buenos Aires, aunque muy europea en su pasado, no escapa a ello aunque su perfil sea algo mejor que el del resto del país, como muestran sus indicadores según el Análisis de Situación de Salud (ASUS) 2008 o la publicación más reciente de Grushka, Baum y Sanni (2013)
La Ciudad de Buenos Aires está dividida en 48 barrios agrupados en 15 comunas. Sin embargo, y a los fines sanitarios, de acuerdo a la Resolución 31 del Ministerio de salud del año 2008, se encuentra dividida en 4 regiones sanitarias I (Este), II (Sur), III (Oeste) y IV (Norte)
En nuestra ciudad la brecha entre grupos sociales es muy importante. El crecimiento en la ciudad, en general, suele ser de características regresivas, aunque en la zona sur se muestra estacionario. Esta es la zona que registra los peores indicadores socioeconómicos: menor grado de ingreso per capita, mayor porcentaje de menores de 25 años con primaria incompleta y el mayor porcentaje de población con cobertura estatal como único sistema de prestación social. También es la zona que presenta mayor tasa de mortalidad por causas externas, mayor tasa ajustada de mortalidad general, mayor tasa de mortalidad por tuberculosis y HIV/SIDA y también la mayor en mortalidad infantil. Pongámoslo en estos términos:
La mortalidad en las comunas que conforman la CABA no es homogénea: en el trienio 2007/2009 la expectativa de vida era de 78,3 años en la ciudad, variando de 74,7 en la Comuna 8, similar a la expectativa de vida de El Salvador, mientras que en la Comuna 2 era de 81,5 años equivalente a un país como Suecia. (Caviezel, 2011)
Las enfermedades de un grupo de personas son más que la suma de las enfermedades en un individuo. Aunque la ciudad es una, las poblaciones difieren en su experiencia con las enfermedades y estas entre los subgrupos que la conforman.
Algo de lo que se suele mencionar cuando se habla de salud es de “prevención”. Prevención es un término que vende, más cuando se lo vincula a salud. Se sabe hace rato. Pero hablar solo de prevención suena a esfuerzo espasmódico, algo a lo que los argentinos nos acostumbramos hace rato. Prevención es parte del principio “Promoción de la salud y prevención de la enfermedad”. Un constructo con significado de valor universal. En nuestro país, y por tanto en nuestra ciudad, el sistema de salud está fragmentado y dividido. Fragmentado por tipo de prestador y segmentado por nivel socioeconómico. Esto significa que ni hay promoción ni prevención, ambas vienen “ancladas” de la mano de la atención primaria. La estrategia de la atención primaria, entre otras cosas, habla de salud comunitaria, de salud colectiva, de menos hospitales y más centros de salud; de médicos preparados de forma distinta y sobre todo de un gran equipo de salud apoyado por agentes comunitarios. Una realidad que aun parece lejana para nuestra ciudad. Aun desde el discurso político pre electoral.
Salud y perfil del profesional deberían estar ajustados a la demanda. Es lo que se espera al menos.
Hablemos de demanda. La ciudad de Buenos Aires según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de Adultos Mayores 2012 tiene casi el 22% de los mayores de 60 años. España, uno de los 4 países más envejecidos del mundo tiene 16% de adultos mayores. Los adultos mayores serán la fuerza demográfica que influya de manera más significativa en la sociedad de las próximas décadas, en Buenos Aires y la mayor parte del mundo. También esto se sabe hace rato. Además, y por si fuera poco, son generaciones que han sido activas en los principales procesos de cambio del último siglo. No esperemos que sean generaciones “calmas y silenciosas”. Suelen estar informados, suelen tener intención de voto definida y aunque estén exceptuados suelen ir a votar el día de elección. Un ejemplo fue le ultimo referéndum en Escocia, donde 8 de cada 10 electores mayores de 60 años votaron por la NO separación del Reino Unido. La tesis de la influencia de los “olders” sobre la gobernabilidad se había comprobado.
¿Cuál sería la demanda de los adultos mayores? De los que tienen más de 60 años, 4 de cada 10 perciben su salud regular o mala. En los mayores de 75 este porcentaje sube al 50%. No es un dato menor, la autopercepción de salud suele ser un indicador muy confiable de pronóstico y por tanto de uso del sistema de salud. Un sistema que debe pensarse bajo una reingeniería orientada a una cultura de cuidado. Es tiempo de revisar el modelo de asistencia centrada en hospitales. En Buenos Aires, como en las grandes ciudades del mundo, lo único que tienen en común todos sus habitantes es que envejecen, y con el transcurrir del tiempo las personas tienden a darle más relevancia a aspectos como la salud. Las encuestas de valoración social suelen, en la mayoría de los países, compartir tendencias. Una es que la valoración de los políticos que suele ser baja. La otra es la salud como preocupación en lo más alto.
La Organización Mundial de la Salud hace más de 10 años formuló el marco político de acción de “Envejecimiento Activo” que promueve la salud, la seguridad y la participación de los mayores. También, más recientemente, promovió la iniciativa de “Ciudades Amigables para los Adultos Mayores”. Su red mundial sobrepasa varias centenas de centros urbanos en el mundo. Todo esto dentro de la iniciativa de “Salud en todas las políticas”, que – a vista de los hechos – hasta los candidatos parecen desconocer. Al igual que las valoraciones de quienes irán a votar el día de la elección. Muchos de ellos adultos mayores y no por ello “viejitos con Alzheimer”.
Publicado en Bastion Digital el 28 de Abril de 20115 – http://ar.bastiondigital.com/notas/la-salud-de-buenos-aires