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Dengue sin gestión – Bastion Digital

Ayer se publicó en Clarín un demoledor pero certero editorial sobre la gestión que se está haciendo de la crisis de dengue. En él traza un breve análisis de lo ocurre estos días con los principales decisores en salud de nuestro país y lo que fue la gestión pasada, tan oscura como sus responsables: Manzur y Gollan.

A la gestión nacional actual se le achacó haber cometido errores de principiantes, léase la triple fuga y alguna que otra designación y su método. En salud, a diferencia, los errores que estamos viendo son por falta de sentido común, lo cual es peor. Alguna explicación podría encontrarse en el proceso para la selección de la actual gestión en el Ministerio de Salud de la Nación.

Una vez resuelto los comicios que dieron ganador al hoy presidente Mauricio Macri, el que primero sonó para ocupar la cartera de salud fue el tucumano José Manuel Cano. Su antecedente público más notable fue una controvertida pérdida en la elección territorial. Su formación: odontólogo. Evidentemente no alcanzó.

El segundo nombre que se escuchó en los corrillos fue el de Rubén Torres, respetado y prestigioso sanitarista con experiencia internacional, pero que es parte del riñón de Ginés González García. Además, ya había mostrado su inclinación previa por el candidato Sergio Massa. Un muy buen candidato pero con alto riesgo de costo político en esta etapa. La elección del actual ministro Jorge Lemus, luego de un fin de gestión polémico en la ciudad de Buenos Aires, suena a repechaje. Al buen observador no se le escapa la distancia entre su perfil y el resto del gabinete o en un sentido más amplio, la estética PRO. Según los medios, el vínculo entre el Presidente y el actual Ministro proviene de un evento fortuito con final feliz durante la fiesta de casamiento del primero, con un bigote plástico atragantado. Una similitud con el hoy procesado ex director del PAMI, Luciano Di Cesare, que conoció al ex presidente Néstor Kirchner por un problema en un ojo ¿Será la fortuna tan determinante como la última escena del film de Woody Allen “Match point” y el rebote de la pelota de tenis en la red?

A la luz del proceso de selección la realidad parece ser más entendible.

Treinta días atrás teníamos una inundación de gran importancia en el norte de nuestro país con cerca de 160.000 evacuados. También más de 800 fallecidos por dengue en Brasil, donde de la mano del mismo mosquito, circulaba ya el virus de Chikungunya y Zika. Durante la primera semana de enero ya se habían reportado casos de dengue en Misiones. El tratamiento médico de la enfermedad del dengue es una práctica básica de cualquier sistema sanitario. Esto significa que su nivel de atención por excelencia es el primer nivel, la atención primaria, el médico de familia o general que suele tener capacidades más desarrolladas de educación y promoción de la salud.

Días atrás estuve presente en un Consejo Directivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, como el actual que comenzó el 25 de este mes y al que asiste el ministro Lemus. Pude ver cómo países centrales delegaban en segundas líneas su presencia. Brasil hoy en Ginebra está representado por su viceministro Jarbas Barboza. No fue nuestro caso. Por si fuera poco, áreas como “salud comunitaria” y “determinantes sociales” están bajo la óptica de un cardiólogo y un cirujano ortopedista pediátrico. Una maestría no corrige el sesgo. Aunque peor sería delegar la gestión de una epidemia en un infectólogo y no en un sanitarista y/o epidemiólogo.

Gestionar es priorizar y elegir, pero ante todo pensar en el otro, algo que los médicos juramos al final de nuestras carreras. Esto es aún más importante en el sanitarista. Una clásica cita dice “el médico común trata al individuo, el buen médico a la persona, el mejor médico a la comunidad”. Parece que no todos lo conocen, ni saben elegir o priorizar. 

http://ar.bastiondigital.com/notas/dengue-sin-gestion

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